Esa una incógnita que inevitablemente nos tenemos que hacer. Ya que estamos seguros de que cuando iniciaste a planear la fiesta, pensabas en invitar a todos tus parientes, amigos y sus amigos; sin embargo, cuando los presupuestos se van ajustando, la realidad nos alcanza. ¿A cuántos debo invitar?

Más allá del número de personas que quieras o puedas invitar, nuestra recomendación es que valores a quién quieres en tu fiesta, quién quieres que comparta contigo este momento que sin lugar a dudas será memorable par a ti y forme parte de esa historia.

En ocasiones nos hemos encontrado que quienes organizaron la fiesta están compartiendo ese momento tan íntimo con gente que ni conocen y desafortunadamente son los invitados de los invitados de los invitados quienes suelen echar a perder con mal comportamiento las celebraciones.

Entonces, debes ser muy ordenada en este sentido porque además, entre mayor sea el número de invitados, más grande se hace la factura al final de la fiesta. Por eso considera, primero debes tener en cuenta a tu familia cercana, padres, hermanos y abuelos, después a los padrinos y sus hijos, para enseguida dar cabida a los chambelanes o damas de honor, en seguida amigos muy allegados. Esa es tu pre lista, ahora tienes que ver si tus invitados necesitan llevar a un acompañante, lo cual es lo más normal, aunque si la lista se aprieta, se vale comentar la situación con tu invitado y preguntar si existe problema en que vaya solo o sola, y por último analiza cuántos lugares tienes disponibles.

No te agobies si tu lista se reduce drásticamente, recuerda que lo importante es que están quienes deben estar, normalmente si no fuiste considerado, pronto olvidarás que no fuiste requerido o se va a quedar como una anécdota. No des explicaciones demás pero siempre ten presente por lo menos una mesa adicional para imprevistos, si el lugar lo permite, deja libre la opción para que si no se ocupan los lugares, no se te cargue a la factura, algunos salones lo manejan como una cortesía.

Por último, confirma la asistencia una semana antes de la fiesta, eso, aunque es muy precipitado, te va a permitir hacer los ajustes de último momento. Y lo que es más importante, no te olvides que tu fiesta se hizo para disfrutar, así que no dejes que ese gran día nada lo opaque.